sábado, 3 de mayo de 2025

VIABILIDAD CENTRO DE CONVENCIONES EN SILOS DEL PUERTO

Imagen conceptual: Centro de Convenciones Silos Puerto de Mar del Plata

Hace tiempo que recorro el puerto de Mar del Plata con una mezcla de admiración y frustración. Admiración por la potencia histórica y simbólica de este espacio, y frustración porque muchas de sus estructuras están subutilizadas o directamente abandonadas. Entre ellas, los silos. Ese gran volumen de concreto que se impone sobre la silueta costera y que, sin embargo, no logra integrarse ni al paisaje ni a la vida urbana.

A partir de esa inquietud, empecé a investigar. No quería caer en una mirada nostálgica ni en la típica propuesta grandilocuente sin sustento. Quería ver si, efectivamente, era viable transformar los silos del puerto en un Centro de Convenciones, un verdadero nodo cultural, económico y turístico para la ciudad. Y cuanto más profundizo, más convencido estoy de que no solo es viable. Es estratégicamente necesario.

Mar del Plata necesita romper con la estacionalidad que la condena al vaivén de las temporadas. Porque el modelo MICE (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions) representa una oportunidad concreta para atraer visitantes todo el año, con un perfil profesional, de alto consumo y fuerte interés en experiencias culturales y gastronómicas.

No estamos hablando de turismo tradicional, sino de una economía de eventos que genera empleo directo e indirecto: hotelería, transporte, diseño, gastronomía, audiovisuales, limpieza, tecnología, seguros, traducción, logística. Una red que dinamiza la economía local y la integra a circuitos internacionales. Y si hay una ciudad que lo puede hacer, es Mar del Plata. Tenemos conectividad, oferta académica, identidad cultural, paisaje y una base de servicios de calidad. Solo falta un lugar: un espacio icónico, preparado y flexible. Ahí es donde aparecen los silos.

Impacto urbano: reconversión e integración

Lo primero que me pregunté fue: ¿qué impacto real tendría intervenir en ese sitio? Desde el punto de vista urbano, la propuesta es una oportunidad de coser una herida histórica. El puerto, pese a su cercanía con el centro y la zona sur, siempre estuvo parcialmente segregado del resto de la ciudad. Un enclave operativo, funcional, pero poco integrado. Transformar los silos en un Centro de Convenciones sería una forma de reconectar esa parte del territorio con el tejido urbano. Habría que pensar los accesos peatonales, ciclovías, rampas, señalética, y quizás generar nuevos espacios públicos asociados al proyecto: una plaza seca frente al edificio, un paseo costero, un estacionamiento verde, incluso una terminal de minibuses para delegaciones.

Silos elevadores de granos. Gentileza Diario La Capital

Además, se podrían recuperar galpones linderos como áreas complementarias: ferias, coworking, food trucks o muestras temporales. La clave está en que el proyecto no quede encapsulado en sí mismo, sino que se vuelva un generador de tramas, de flujos, de conexiones urbanas. Una preocupación lógica es el impacto sobre el tránsito. El acceso actual a los silos está pensado para el uso portuario, no para el flujo masivo de personas. Por eso, uno de los ejes del proyecto debería ser la readecuación vial del entorno.

En principio, habría que ensanchar las veredas y organizar los ingresos desde Av. Martínez de Hoz, privilegiando la llegada de peatones y transporte público. También se debería evaluar la posibilidad de generar un estacionamiento subterráneo o de varios niveles, con ingreso por las calles laterales, para evitar colapsar los accesos portuarios. La articulación con la actividad portuaria es crucial. No se puede pensar el centro de convenciones como un obstáculo al funcionamiento operativo del puerto, sino como un complemento compatible. En horarios diurnos, de semana, el puerto tiene bajo tránsito turístico. Y el turismo MICE generalmente se concentra en esos días, lo que ayudaría a convivir con la logística pesquera o comercial.

Silos del Puerto de Mar del Plata

Desde el punto de vista estructural, los silos son robustos. Están hechos para soportar carga y resistir la intemperie. Eso es una ventaja. Pero también hay desafíos: no fueron pensados para el uso público. Habría que estudiar muy bien cómo abrir patios interiores, generar visuales, habilitar núcleos de circulación vertical, instalar ascensores panorámicos, garantizar ventilación cruzada y aislar acústicamente los espacios. A la vez, me parece importante no perder la esencia del edificio. Que la intervención sea respetuosa, que conserve esa lógica industrial, de materiales desnudos, de historia a la vista. Justamente eso lo puede volver un espacio único a nivel internacional. En cuanto al entorno, se podría pensar en una intervención paisajística costera, con especies nativas, bancos, esculturas y zonas de descanso frente al mar. El conjunto no debería ser solo para eventos. Debería ser un nuevo espacio de uso cotidiano para la ciudad.

Algunos podrían decir que los silos no son muy atractivos. Para mí son patrimonio industrial. Y como tal, merecen ser resignificados. No se trata de convertirlos en una postal pintoresca ni en un museo congelado. Se trata de darles una nueva vida, un nuevo uso, un nuevo lenguaje, sin borrar su identidad. La arquitectura contemporánea está llena de ejemplos de este tipo: muelles convertidos en museos, hangares en auditorios, estaciones en bibliotecas. En todos los casos, la clave es el respeto por la historia y la creatividad para integrarla al presente. Por eso me gusta pensar que lo que fue símbolo de almacenamiento y economía extractiva puede ser ahora símbolo de conocimiento, cultura y colaboración.

Comparación con el caso Molino Fénix, en Villa Mercedes (Pcia. de San Luis)

El caso más cercano que tomé como referencia es el Molino Fénix en la ciudad de Villa Mercedes, provincia de San Luís. Un proyecto muy distinto en escala, pero similar en espíritu. Allí se reconvirtió un viejo molino harinero en un centro cultural y de convenciones. Con un auditorio, salas de ensayo, feria artesanal, espacios recreativos y un parque urbano. Fue un proyecto de la Provincia de San Luis, con fuerte impronta pública.





Desde 1889, los silos del Molino Fénix fueron un motor de trabajo para cientos de familias en Villa Mercedes.  La iniciativa comenzó en 1889 cuando Emilio Warner vislumbró el potencial de negocio en esta ciudad lejana.  La producción fue creciendo, pasando de 500 bolsas de harina por día en 1920, a 800 en 1922, incrementándose luego a 1200 por hora con una dotación de 80 operarios. 



 

 



Actualmente, el Molino Fénix ha trascendido su función industrial para convertirse en un importante centro cultural y social en la provincia de San Luis.  Se ha transformado en un espacio dedicado a la difusión y preservación de la cultura popular, proyectándose hoy como un vigía de la misma en la región.  Este caso sirve como un precedente valioso de cómo una estructura industrial puede ser exitosamente reconvertida para un nuevo propósito cultural y social. 

La diferencia es que los silos del puerto de Mar del Plata tienen un potencial paisajístico y simbólico mucho mayor. La vista al mar, la cercanía con la Escollera Sur, la historia portuaria y el volumen arquitectónico lo colocan en otro nivel. Pero también implica mayor complejidad técnica y mayor inversión.

Vista aérea de los silos del puerto. Gentileza Revista Pescare

Asimismo, visualizo una oportunidad estratégica en la integración de este futuro Centro de Convenciones con el Club Náutico Mar del Plata, ubicado en las cercanías. Esta conexión permitiría potenciar la oferta de eventos, combinando las instalaciones de convenciones con las actividades náuticas y sociales del club, generando sinergias que enriquezcan la propuesta para congresos y reuniones, y faciliten un flujo de visitantes que beneficie a ambas entidades y al entorno portuario.

Estimación económica y modelo de gestión

Una reconversión de esta magnitud podría costar entre 25 y 39 millones de dólares, dependiendo del alcance del proyecto, la calidad de terminaciones, el tipo de sistemas constructivos y el desarrollo del entorno. No se trata de una cifra menor. Pero tampoco es descabellada si se piensa en etapas, con una primera fase que habilite el salón principal, y otras que vayan sumando salas, servicios, y espacios exteriores. Y sobre todo, si se piensa en un modelo de gestión mixto, con participación público-privada, financiamiento internacional (como BID o CAF), aportes del sector turístico, sponsoreo de grandes marcas y operadores especializados en el rubro MICE.

Transformar los silos del puerto en un Centro de Convenciones no es solo una idea bonita. Es una decisión estratégica, con impacto urbano, cultural, económico y simbólico. Es una forma de reconciliar a la ciudad con su historia industrial, integrarla al paisaje y abrir una nueva etapa en su desarrollo.Mar del Plata tiene la oportunidad de crear un ícono. Una postal que no solo mire al mar, sino también al futuro

Bendu en Juan B. Justo y Avenida de los Trabajadores, en la entrada a la zona portuaria. La iniciativa es llevada adelante por H. Ledesma Desarrollos Inmobiliarios y la aceleradora Neutrón, con diseño a cargo del estudio arquitectónico Mariani – Pérez Maraviglia – Cañada

Con la llegada de Bendu en la  Manzana de los Circos, ubicada en el puerto de Mar del Plata, este multiespacio cuyo desarrollo de 35.000 metros cuadrados reunirá locales gastronómicos, un auditorio para espectáculos y una plaza de juegos para niños, representa una transformación significativa del frente costero de Mar del Plata y ofrece una excelente oportunidad para complementar un futuro Centro de Convenciones Internacionales en los silos del puerto

La proximidad entre ambos proyectos crearía un polo de desarrollo urbano integrado, donde el multiespacio funcionaría como área de entretenimiento, gastronomía y comercio que complementaría perfectamente las actividades profesionales del centro de convenciones.El auditorio para 8.000 personas del nuevo complejo podría trabajar en sinergia con las instalaciones del centro de convenciones, permitiendo albergar eventos de mayor escala, congresos y convenciones que requieran espacios complementarios.

Bendu en Juan B. Justo y Avenida de los Trabajadores

La transformación de los silos en un Centro de Convenciones representaría un excelente ejemplo de reutilización de infraestructura industrial histórica, siguiendo tendencias globales de preservación patrimonial y desarrollo sostenible, mientras que el nuevo multiespacio aportaría modernidad e innovación arquitectónica.

Áreas involucradas por la sinergia del emprendimiento

Los estacionamientos están previstos como áreas complementarias en los alrededores de la Manzana de los Circos. Eso generaría ingresos para privados que puedan invertir. A dos cuadras hay un gran sector de estacionamiento complementario del Centro Comercial, incluyendo la Manzana de los Circos.

Puntos de interés que se potenciarían con el emprendimiento

La cercanía al puerto y las vistas privilegiadas al mar serían un gran atractivo para eventos internacionales, creando un entorno único que potenciaría a Mar del Plata como destino MICE (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions). La combinación de ambos proyectos diversificaría la oferta turística de la ciudad, equilibrando la marcada estacionalidad actual con actividades durante todo el año, especialmente en temporada baja. El desarrollo conjunto podría transformar significativamente la dinámica económica de la zona portuaria, generando nuevos puestos de trabajo y oportunidades comerciales para residentes locales.


Fuentes:
Centro de Convenciones Molino Fénix, en Villa Mercedes, San Luis. Extraido del sitio https://arqa.com/arquitectura/centro-de-convenciones-molino-fenix-en-villa-mercedes-san-luis.html en fecha 3/05/2024.
El Consorcio llama a licitación para concesionar la zona de los silos. Extraido del sitio https://pescare.com.ar/el-consorcio-llama-a-licitacion-para-concesionar-la-zona-de-los-silos/ en fecha 3/05/2024.

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